domingo, 11 de noviembre de 2012

Reseña de la obra teatral “Volpone” de Benjamín “Ben” Jonson


Ficha Técnica

Nombre de la obra (estreno): Volpone
Autor: Benjamín Jonson
Lugar: Sala Julio Valencia. Bellas Artes
Fecha: 31/Agosto/2012
Hora: 6:30 pm
Director: Romano Germán Barney

Elenco

VOLPONE: Bryan Rocha, Héctor Rodríguez y William Villarmil (Alt)
MOSCA: Felipe Grueso y Luis Ramírez (Alt)
NANO: José Luis Ortega
VOLTORE: William Villamil y Bryan Rocha (Alt)
CORVACHO (A): Liz Roa y Juan Carlos Granada (Alt)
CORVINO: Cristian Ibargüen y Santiago Betancourt
DOÑA LUPE: Luisa Fernanda Otero Mora
BONARIO: Juan Carlos Granada, Carlos Perdomo
CELIA: Anny Vanessa Rivas
TARTAGLIA: Carlos Perdomo
ARLEQUINO: Santiago Betancourt
VIOLA: Luisa Fernanda Otero Mora y Juan Carlos Granada
JUEZ DE VENECIA: Carlos Perdomo y Liz Roa (Alt)
MICO: Eder Felipe Grueso
SIRVIENTAS: Luisa Fernanda Otero Mora, Liz Roa y Anny Vanessa Rivas
GUARDIAS: Héctor Rodríguez, Lucho Ramirez, Santiago Castro, William Villamil, y Bryan Rocha y Felipe Grueso
GERENTE DE LA PLAZA-GARITERO-VENDEDORA DE FLORES: Luisa Fernanda Otero, Liz Roa, Héctor Rodríguez, Bryan Rocha y Santiago Betancourt




Reseña
 
Volpone, comedia satírica escrita por Ben Jonson, es todo un mundo caótico que gira alrededor de la avaricia, la ambición y los intereses. La necesidad y el afán por obtener oro llevará a estos personajes al límite de toda creibilidad: serán capaces de traicionar y vender a quién sea, sin importar que esto implique un hijo, una esposa o sus amigos. El argumento gira en torno a Volpone, un hombre avaro y acaudalado, sin familia ni descendientes, que  finge ser un viejo enfermo y postrado. Con tal fortuna, las personas, una por una, llegan a su palacio con ostentosos regalos  para recibir la noticia de que cada uno será el próximo heredero. Volpone y sus fieles sirvientes, Mosca y Nano, serán los encargados de elaborar tales engaños que traerán como consecuencias confusas y enredadas situaciones en la que todos terminarán inevitablemente atrapados.

La obra, con una duración de aproximadamente dos horas, toca de manera clara la perversión de los valores hacia unos que provocan el deseo interno –de los humanos en general- por obtener más riqueza material y por ende ser sólo imagen de la codicia y el vació espiritual carente de anhelos y deseos más profundos.

La banalidad presente en el destello del oro, las laberínticas e intrincadas situaciones que produce tal ilusión, los engaños y trampas cuidadosamente planeados, seres cada vez más sedientos de oro, circunstancias cómicas que abundan en la obra, y muchos elementos más son los que integran los encargados de la obra (estudiantes de quinto semestre, director, técnicos, etc.) de una manera muy bien ejecutada y elaborada sobre un texto que en un principio da para una duración de cuatro horas. Por tanto la síntesis que ha realizado el equipo no ha afectado la lógica, armonía y ritmo  de la obra dando como resultado un producto –hablando en términos artísticos- que vale la pena no perderse ni mucho menos olvidar.

Lo cómico en la obra lo hace espléndida y la actuación de cada personaje demuestra una mejoría o mejor dicho un avance desde su primera puesta en escena con La Zapatera Prodigiosa de Lorca donde la obra se mostraba rígida por el poco desenvolvimiento de los actores o de las técnicas teatrales (como la voz, los gestos, el movimiento, etc.). En comparación con el presente montaje el efecto que genera sobre la audiencia (y no tiene que ver si es o no cómica) es una que despierta un gusto o gozo general sobre las situaciones que satirizan el afán por el oro; las risas trascienden el nivel de la simpleza para otorgarle un carácter más reflexivo ante la codicia y los límites humanos por codiciar bienes materiales; los actores que hacen suyos los diversos personajes (mascarados) pasando desde un Mono, los parásitos de Volpone (Nano y Mosca), una dulce y despiadada anciana, un estudioso en leyes todavía con su birrete, hasta el Juez de Venecia; el espacio escénico que da vuelo a la imaginación: un palacio pomposo, los canales navegables de Venecia (y las góndolas usadas), la plaza principal y los balcones por donde se asoman las bellas mujeres, una corte donde reinan acusaciones falsas y simples especulaciones inventadas, una cama (la de Volpone) que es cubierta por una tela que llega hasta lo más alto, etc.

En cuanto a la actuación, cabe resaltar la espectacular representación de Mosca a cargo de Felipe Grueso (en el estreno) como un bufón tambaleante, mentiroso y conspirador. Un personaje caracterizado por la codicia marcada desde el principio de la obra cuando le roba a Volpone, que duerme en sus aposentos, unas cuantas monedas de un cajón. Igualmente hay que observar con detalle los personajes de Celia y Doña Lupa interpretados por Anny Rivas y Luisa Otero respectivamente para juzgar su actuación que, a primera vista, fue un poco regular en cuanto a recursos teatrales como el manejo de la voz, el tono, sus gestos, etc.

Además de mencionar sobre las actuaciones, sean buenas o no, hay un aspecto de la obra que es imposible olvidar. Por ser una obra con tantos personajes, el mismo grupo ha concretado el uso de máscaras (a media cara) de forma que exagera no sólo su expresión (en los pómulos, sus cejas, inclusive la nariz en varios personajes) sino también sus atributos internos: la codicia, el interés, la mentira e hipocresía. La elaboración de éstas le da un mérito más a la puesta en escena.

Finalmente quiero resaltar algunos aspectos. La luz juega en concordancia según sean las diversas situaciones: un azul frío para un ataúd, el titileante y casi delirante escala de rojos cuando se tejen las trampas y engaños, la fuerte luz de la mañana, etc. El texto, además de ser recitado con pocos inconvenientes a pesar de su extensión, logra armonía con lo vivo, es decir, con los sentimientos, movimientos, gestos  que el mismo texto puede llegar a despertar en los actores. Y por último el manejo de la escena  al usar repetitivamente las escaleras en el auditorio le da una dinámica y un acercamiento más íntimo –además de ser en términos físicos- entre actor(es) y el espectador(es); es decir, involucran a la audiencia en el mismo transcurrir de los sucesos.

En conclusión, el grupo dirigido por Romano Germán logra una obra que vale la pena apreciar y especialmente seguirla de cerca en el proceso de elaboración continua y mejoramiento, especialmente cuando se hace rotación de papeles entre los actores.  Es apta para todo público y es imprescindible mirarla desde diversos puntos de vista, el artístico, el técnico, etc., para llegar a la reflexión consciente de lo que la codicia y los intereses pueden llegar a ocasionar.

4 comentarios:

  1. esta pagina no me guztha

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    1. Buenas tardes compañer@,

      Bueno, en primer lugar le agradezco su honestidad, pero más que decir que le ha gustado o no me gustaría conocer cuales argumentos usted tiene para decir lo que escribió en el comentario.
      En segundo lugar, pues esta es una manera de expresar mi gusto por el arte, específicamente por el teatro. Si bien es no soy un experto, ni un crítico de teatro, hago esto por gusto, por que me nace verdaderamente. Sin embargo, es innevitable "gustarle" a todas las personas, especialmente si este blog nunca es visitado. Así que me gustaría conocer su punto de vista sobre la reseña (y hago hincapié en esta palabra, ya que no es un análisis profundo de la obra como lo hacen los propios actores en sus aulas). ¿Qué le disgustó?¿ Que le pareció bueno? ¿Qué le falta? ¿Que debería tener? Bueno en fin.

      Espero su respuesta y muchas gracias de nuevo por leer las reseñas

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    2. es una obra de teatro de comedia no tiene nungun argumento entendible algo q diga xq fue escrita ese fragmento de volpone una vercion libre de david amitin mauricio cartun basada en volpone o el zorro de ben jonson

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